COMPAÑEROS DE CAMPSARED



"Podeis decir lo que pensais de vuestros encargados, de los objetivos, de la venta activa, de los cursos, de Sumando valores, seguridad, promotores del cambio, sindicatos, y todo lo que querais. Hubo en tiempos un blog de un compañero en donde mucha gente dejó sus comentarios, hoy no existe y como alternativa nace CAMPSARED BLOG, para reunir a todos los que somos COMPAÑEROS DE CAMPSARED"

Este blog, como indica en la cabecera, originariamente fue creado por un compañero llamado EXPENDEDOR-VENDEDOR el 20 de noviembre de 2008 pero problemas técnicos le impidieron actualizarlo, lo que dio pie a la creación de esta segunda etapa renovada que es la que se abre a continuación.
Como aquel, mantiene la idea de tener una plataforma de comunicación, de reivindicación y sobre todo un medio de expresión para todos los trabajadores de CAMPSARED y de REPSOL, y a la que quedan invitados cualquiera de los trabajadores de EESS sean cuales sean sus marcas.

Bienvenidos todos a este foro de diálogo e información.

Recordar que si visitais esta página por primera vez, para conocer el contenido completo de este blog desde su nacimiento, deberíais comenzar por el antiguo blog pinchando en este enlace:

'www.campsaredsprint.blogspot.com'





1 de agosto de 2025

AGOSTO-SEPTIEMBRE 2025, Comentarios

EL MURO DE LAS LAMENTACIONES   

Resultaría cómico si no se tratara de un asunto tan serio como la salud, en concreto, nuestra salud mental. La empresa, con total desfachatez, hace oídos sordos a cualquier tipo de reivindicación. Antiguamente replicaba, y había un tira y afloja entre lo que reclamaban los trabajadores y lo que la empresa quería ofrecer. Finalmente se alcanzaba un acuerdo; bien es cierto, que más del gusto de la empresa que del nuestro, pero al fin y al cabo se llegaba a un consenso con los sindicatos, aunque fuera a la baja.     Pero hoy en día la empresa es como un muro donde se estrellan nuestras peticiones, convertidas de pronto en lamentaciones. Ya no se limita a rebatir, directamente rechaza cualquier pretensión sindical negándose en redondo, haciendo que reboten en ella las propuestas como en el sólido paramento de un frontón. 
    
Resulta grotesco y a la vez vergonzoso comprobar como nuestros sindicatos, faltos de fuerza o de imaginación, doblan la rodilla, una y otra vez, ante las «murallas de Jericó». Y no, no hay trompetas milagrosas que las derriben, siquiera una corneta que de la orden de ataque, organizando una protesta o una huelga. Ante esta singular circunstancia, cabe preguntarse si son necesarios los sindicatos. Estos se han convertido en un miembro flácido incapaz de penetrar en las zonas más íntimas de la empresa, y tampoco, como un amante inhábil y bisoño, consigue prepararse el terreno para una sutil y seducción. 

SINDICATOS INEFICIENTES E INSERVIBLES

¿Ha llegado el momento de decirles adiós? Su incapacidad, puesta de manifiesto a lo largo de los últimos años: incrementos de sueldo insuficientes, incentivos incomprensibles que apenas satisfacen al trabajador, mayores cargas de trabajo, mayores exigencias, permisibilidad para que nos conviertan en chic@s para todo… ha alcanzado el súmmum cuando directamente la empresa los desprecia y con ellos a nosotros y nuestro bienestar laboral. Parece que solo sirven para tareas irrelevantes, asuntos leves, fácilmente resolubles con ayuda de un compañero veterano. 
   
Pero es que ahora, en los últimos tiempos, para mayor sorpresa, nuestra ínclita empresa, ya no solo se limita a rechazar propuestas de los sindicatos, sino que, tomándoselo a chufla, niega la mayor, afirmando, por ejemplo, que «el clima laboral es magnífico, no habiendo recibido quejas al respecto», «no nos consta que exista ninguna presión» o «nuestra intención es modificar y ampliar las funciones de los expendedores». ¡Ole! ¡Con un par! No sé cómo acabarán las negociaciones del próximo convenio, pero pintan bastos. Sólo podemos esperar de bueno, lo menos malo, lo que menos nos perjudique, lo que no nos lleve al abandono y a la depresión. Malos tiempos para la lírica en Campsared.

1 de mayo de 2025

MAYO-JUNIO-JULIO 2025, Comentarios


ALGUNAS COSAS CAMBIAN, OTRAS NO CAMBIARÁN NUNCA 

Que se lo pregunten a los empleados.

1 de marzo de 2025

MARZO-ABRIL 2025, comentarios

DONDE LAS DAN LAS TOMAN








Últimamente, nos hemos ido acostumbrando a la presión, a que nos digan cómo, cuánto, y qué tenemos que vender. En el siglo pasado, los baby boomers, la generación X e incluso los millennials que trabajábamos en Campsared, estábamos acostumbrados a que nos encargaran otro tipo de tareas. Por entonces lo principal era limpiar: barrer, fregar, hacer los surtidores, limpiar baldas, dar lustre y esplendor a las vidrieras, limpiar baldas —ya lo he dicho—, y atender al público. Luego arribó un navegante portugués y dio al traste con todo. Llegó con su teoría del 1 + 1: un cliente, más una Coca-Cola, equivalía a más ganancia. Empezamos por pequeñas cosillas como vender helados, chicles o refrescos, pero luego la situación se complicó. En realidad fue un cambio en la mentalidad empresarial de todas las empresas: ya que el trabajador estaba ahí, había que sacarle el máximo provecho.  

Empezamos a escuchar hablar de productividad, del valor añadido que suponía que los trabajadores combinaran sus tareas con la venta directa, que era la elevación al cubo de la venta por impulso. Desde entonces fueron introduciendo nuevas actividades, más trabajo, y para no subir el sueldo se inventaron los incentivos. El mundo había cambiado y lo más importante era ser productivo. «¡Productividad, productividad!», ese era el nuevo lema que agitaban las empresas; lo esencial era obtener más beneficios. Este método consistía en el uso eficiente del tiempo, la eliminación de distracciones y la implementación de hábitos saludables que beneficiasen a la empresa. 

En esto llegaron nuestros sindicatos con sus armas de persuasión, su reivindicación sin límites y su implacable lucha obrera en defensa de los trabajadores… No, esto no ocurrió así. Los sindicatos que tenemos y que supuestamente nos defienden se habían convertido de la noche a la mañana en «sindicatos verticales», manteniendo una relación estrecha con la compañía y, por supuesto, resolviendo conflictos mediante acuerdos con la Dirección, en lugar de a través de la lucha sindical tradicional. Parece ser que eso había muerto junto a Marcelino Camacho, la única representación decente de lo que tiene que ser un verdadero sindicalista. 

Estos de ahora son unos timoratos que acuden al pesebre de la empresa a que les den una ración de alfalfa —quien dice alfalfa dice gambas—, renunciando a la lucha sindical y criticando los modelos tradicionales de reivindicación de los derechos de los trabajadores. 
Gracias a ellos, que suscribieron en el Convenio Estatal de Estaciones de Servicio la siguiente frase, textual: «[...] además de cualquier otra [actividad] encaminada a una adecuada explotación del punto de venta [...]», nos hemos visto durante todos estos años sometidos a una presión brutal, soportando cada vez más trabajo y exigencias. 

Por cierto, el otro día, un compañero que está de baja por estrés me comentó que se encontró en la mutua con otra compañera, trabajadora de una estación distinta perteneciente a Campsared. Me dijo que estaba temblorosa, llorando, devastada ante la creciente presión que está ejerciendo nuestra empresa por el tema de la multienergía, los waylets, los leeds y tanta mierda que han consentido nuestros sindicatos. Estos, parece ser que han preferido poner el cazo en lugar de reclamar un cese radical de esta actitud, anteponiendo la salud de los trabajadores, si es que aún piensan en ellos en algún momento. 

Curiosamente, la recepcionista les comentó que, últimamente, Campsared estaba viéndose afectada por una fiebre de bajas provocadas por el estrés. ¿Qué les podemos decir a nuestros sindicatos? ¿Cuándo van a plantarse ante la empresa exigiendo la paralización de este acoso que busca la «productividad feroz» a costa de exprimir a los trabajadores?  

Me temo que esto no va a ocurrir y que en el próximo convenio —además de pactar otra subida por debajo del IPC—, volveremos a ver la frasecita de marras, como un triste recordatorio de la «vergüenza» sindical que nos está representando.
ESTAMOS APAÑADOS
 

1 de enero de 2025

ENERO-FEBRERO 2025, Comentarios

NUEVO AÑO, NUEVO CONVENIO, ¿MISMA MIERDA?

                                                                                                                            
        A partir del uno de enero estamos a expensas de lo que decidan nuestros sindicatos, qué está claro, no miran por nosotros ni nuestro bienestar, sino por cualquier beneficio o dinero que puedan obtener de la empresa. Para la cantidad de tareas y responsabilidad que tenemos cobramos una miseria. Esto hace que, por ejemplo, los chavales jóvenes no aguanten su contrato entero o que gente que proviene de Gespevesa, se den de baja en los primeros días, pues se dan cuenta de la avalancha de trabajo que tenemos y huyen despavoridos. 
        Necesitamos un sueldo digno y eliminar esa mochila de los 109 € que no vemos repercutida en nuestras pagas extras que apenas pasan de mil euros. Me temo que este año una vez más nuestros sindicatos se bajarán los pantalones, como han hecho siempre, dejándonos vendidos, mientras ellos siguen cobrando con sus negociaciones infinitas. 
        Suerte para todos el este nuevo año. Yo ya me estoy hartando y como ha dicho alguno, las plantillas están desmotivadas porque no ven que haya interés por parte de la empresa y mucho menos por quienes dicen que nos representan. Si no me equivoco, una vez más tendremos que tragar sapos y culebras cobrando un sueldo mísero en relación a nuestro trabajo

        Feliz año a todos vosotros, y mucha suerte y salud con lo que tengais que afrontar.

FELIZ AÑO NUEVO